Parece que tomar para olvidar no se da sólo en los humanos, una curiosa investigación reveló que en el reino animal también existen casos de desamor que empujan hacia las copas.
La investigación fue publicada en la revista Science en un estudio realizado por Galit Shohat Ophir, del Departamento de Anatomía en la Universidad de California (San Francisco). Según el científico, el estudio del alcoholismo en las moscas Drisophola ha abierto nuevas sendas para comprender mecanismos cerebrales que relacionan las emociones de recompensa/frustración con adicciones.
“Sabemos que casi el 50 por ciento de la propensión al consumo de alcohol responde a genes, pero también las experiencias en la vida afectan el consumo humano de alcohol”, señaló Shotat.
Para reproducir experiencias de este tipo, los científicos expusieron a los moscardones al rechazo de hembras de su especie tres veces al día, lo que en una vida total de 33 días, implica una frustración y una angustia tremendas. Otro grupo, salió más beneficiado en el sorteo y recibió la visita de cinco moscas vírgenes, propensas a aparearse. Estas parejas se aparearon seis horas al día durante cuatro días.
El estudio tuvo como resultado que los machos rechazados elegían comida con un 15% de alcohol, en cantidades mucho mayores que el grupo de muestra. Para comprobar la experiencia, se formó un subgrupo de moscardones rechazados permitiendo que se aparearan 2,5 horas. Nuevamente el grupo de moscardones rechazados tuvo una propensión mayor a elegir la comida con alcohol en varias oportunidades.
