Energía Hidroeléctrica

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Desde hace siglos el hombre ha aprovechado la fuerza del agua como ayuda para la realización de determinadas tareas. Todos tenemos en mente los molinos tradicionales que hasta no hace mucho tiempo podíamos encontrar en las riveras de los ríos. Esta forma primitiva de utilizar la energía del agua fue el origen de una de las principales energías renovables de la actualidad, la energía hidroeléctrica. En este caso se utiliza la fuerza del agua no para moler grano, sino como fuente para generar energía eléctrica.

Las instalaciones hidroeléctricas aprovechan desniveles pronunciados en el curso de los ríos. Suelen llevar aparejada la construcción de presas, las cuales acumulan grandes cantidades de agua. Este agua, se hace pasar a gran presión a través de una turbina, transformando así su energía potencial en energía cinética. Esta turbina mueve un generador produciendo entonces energía eléctrica.

La energía hidroeléctrica es inagotable, no contaminante y muy eficiente energéticamente. Sin embargo su utilización no está exenta de polémica, debido sobre todo al gran impacto ambiental que conlleva. La construcción de grandes centrales hidroeléctricas implica la creación de grandes embalses que permitan aprovechar grandes volúmenes de agua. Esto supone inundar grandes superficies de terreno, quedando sumergidas en ocasiones zonas de gran valor ecológico. A esto hay que añadir un importante componente social, ya que muchas veces quedan bajo las aguas pueblos enteros que obligan a sus habitantes a dejar atrás su historia y trasladarse a otras zonas. Otro gran inconveniente de las centrales hidroeléctricas es que su producción está afectada por factores climáticos como sequías. Todo esto esta haciendo, que la que hasta ahora era la energía renovable más utilizada, esté perdiendo fuerza a favor de otras energías limpias como la solar o eólica, cuyo impacto medioambiental, aunque existente, es mucho menor.

Recientemente, como alternativa a los grandes proyectos hidroeléctricos, y buscando precisamente minimizar los efectos negativos que hemos comentado, están proliferando las llamadas “minicentrales hidroeléctricas”. Se trata de pequeñas infraestructuras, con una potencia inferior a 10 MW que aprovechando desniveles naturales, o ríos muy caudalosos, pueden cubrir las necesidades de pequeñas poblaciones sin tener un impacto tan negativo sobre el medio.

Capitan Planeta

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