Generalmente desconocemos el gran poder que tienen nuestros actos sobre el medio ambiente. Nuestra manera de tratar los desechos en el hogar puede ser un aporte o generar un daño grave, por lo que informarnos y actuar en consecuencia es muy importante.
En el caso del aceite de origen industrial, utilizado en autos, máquinas y otros, es fundamental contar con una estrategia para una correcta eliminación, ya que un litro de este aceite contamina la superficie equivalente a una cancha de fútbol. Si el aceite usado desemboca en los suelos y aguas superficiales, termina afectando también aguas subterráneas y los cultivos que consumimos. Si el aceite es arrojado al mar, permanece como contaminante durante 10 años. Hoy, existen empresas que reciclan el aceite que utilizan, concientes de la situación.
En el caso del aceite que consumimos en casa, debemos evitar desecharlo por las cañerías. Con un litro de aceite que desechamos contaminamos mil litros de agua(equivalente al consumo de agua de una persona durante 14 años). El aceite crea una capa en la superficie acuática, impidiendo la entrada de oxígeno y acabando con la vida del ecosistema.
Una primera medida es utilizar la cantidad de aceite que realmente vamos a necesitar, y reducir el número de frituras en nuestra dieta, lo que también nos traerá beneficios. Con el aceite que inevitablemente nos sobra, podemos hacer nuestros propios jabones. Otra opción es esperar a que el aceite se enfríe, juntarlo en botellas y desecharlo junto a la basura normal. Lamentablemente, los camiones de basura tienen compresores que destruirán estas botellas, pero al menos ni irán a parar de forma directa a las cañerias. Es por esto que es necesario seguir exigiendo a las autoridades que se implementen centros para tratar los residuos, inexistentes en la mayoría de las comunas.
