“Por primera vez en el mundo, un transgénico y un pesticida fueron estudiados por su impacto en la salud a más largo plazo de lo que lo habían hecho hasta ahora las agencias sanitarias, los gobiernos y la industria. Los resultados son alarmantes”, advirtió Gilles-Eric Seralini, director de una investigación al respecto que dio como resultado ratas con tumores tan grandes como pelotas de ping-pong.
Durante 24 meses los investigadores dieron de comer a 200 ratas tres tipos de dietas: sólo maíz transgénico NK603; maíz transgénico NK603 cultivado con Roundup (el herbicida más usado en el planeta) y con maíz no modificado genéticamente, pero también cultivado con Roundup. La mezcla del maíz NK603 y el herbicida son propiedad del grupo estadounidense Monsanto.
Cabe destacar que durante el estudio los granos se administraron en una dieta equilibrada, en proporciones equivalentes al régimen alimenticio de los Estados Unidos.
“Los resultados revelan una mortalidad mucho más rápida e importante durante el consumo de los dos productos”, explicó Seralini y añadió que “la primera rata macho alimentada con transgénicos muere un año antes que la rata indicador (es decir, que no se alimenta con transgénicos)”.
“Con una pequeña dosis de Roundup, que corresponde a la cantidad que se puede encontrar en Bretaña (norte de Francia) durante la época en que se esparce este producto, se observan 2,5 veces más tumores mamarios”, sostuvo Seralini junto con señalar que “son los mejores tests que se pueden llevar a cabo antes de las pruebas en humanos”.
